martes, 21 de octubre de 2008

Las aventuras de Fígaro

Como los zapatitos eran mágicos , se pusieron a caminar solos, Edu y Luna interpretaron que sabían la solución al problema que les ocupaba, les siguieron por un camino que llevaba a la montaña.
Al llegar a la cima, exhaustos, se dieron cuenta que se quedaban parados en el tronco de un árbol. Al principio no entendían nada pero después de mucho observar vieron una especie de pequeña cueva del tamaño de una ratonera ¡Seguro que aquello quería decir algo! ¿Pero qué era? Decidieron sentarse y esperar…
Pasaron al menos dos horas, ya prácticamente anochecía y al fondo de la cueva se veía algo brillar. Quedaron muy sorprendidos al ver que unos duendecillos salían y les hacían entrega de un sobre lacrado. -¡Oh, Luna!- decía Edu, se encontrará en este sobre la solución y podremos por fin llevar buenas noticias a la abuela…

4 comentarios:

Sandra dijo...

Isabel creo que te has confundido, no es Edu el que va con Luna sino Fígaro ¿no?. Vamos eso creo. Un saludo

Anónimo dijo...

No es por nada en concreto, pero yo me estoy empezando a liar con la historia xD

Mari Carmen dijo...

Sí, yo también me estoy liando un poco,y creo que si se trata de un cuento para niños de 2º ciclo de primaria, el lenguaje que utilicemos, las formas de enlazar las frases..., deberian ser más sencillas.

Porque si a nosotros nos está costando entenderlo...imagina a niños de 8 y 9 años.

Alberto dijo...

Isabel un apunte solo, es que cuando hablas de "ya prácticamente anochecía" es que no podría suceder porque como Sol está encerrado en el jarrón, sería todo el rato de noche porque Luna está fuera.

Aunque como entre el Sol y la Luna está el anochecer, se podría decir que como Sol se ha ído y Luna todavía no se ha puesto, faltaba tiempo para el anochecer.

¡Un saludo Isabel!