martes, 28 de octubre de 2008

En torno a la literatura infantil

Después de leer el texto de Juan Cervera, estoy de acuerdo con las deficiones referentes a la literarura infantil, cuando dice, que deben acogerse todas las producciones que tienen como vehículo la palabra, con un toque artístico o creativo y como receptor al niño, además, de la que comenta de Marisa BORTOLUSSI, que la reconoce como «la obra estética destinada a un público infantil». Entiendo que quien escribe estos libros son adultos por lo que me viene la duda sobre si comprende también, estas definiciones, las piezas literarias escritas por los propios niños.
Sobre como se ha desarrollado la literatura infantil a lo largo del tiempo, tengo que decir, que desconocia los procesos de los que habla aunque si sus definiciones de modo general. Es interesante ver los diferentes apartados por los que se divide, pero de las tres estaría más de acuerdo con la literatura creada al tener en cuenta la condición del niño, los cánones del momento y ser ellos a los que va dirigidos (cuentos, novelas, obras de teatro, etc.). Las otras dos, ganada (Las mil y una noche) e instrumentalizada (libros de E.G.B), va más hacia un negocio que realmente hacia los niños.
La respuesta infantil tiene que ir destinada a las necesidades íntimas del niñoEn el caso de imponerse esta literatura infantil instrumentalizada nos veríamos abocados a una crisis de la literatura de creación para los niños, los autores quedarían desplazados y la literatura infantil quedaría ahogada por la industria. Sobre lo que dice Rosa Mª Cabo, me quedo con la afirmación sorprendente, bajo mi punto de vista, que esta plaga cuenta además con el beneplácito de la mayoría de maestros, quienes creen que estos libros son didácticos. Estoy de acuerdo, igual que otros amigos/as de este blog, con la afirmación de Juan Carlos Merlo, que rechaza tajantemente que las obras calificadas como infantiles «deban servir para instruir, educar o moralizar, no deban funcionar para mejorar el aprendizaje de la lectoescritura, no este concebida como literatura didáctica y que haya nacido para «goce exclusivo de los niños lectores y nunca para catarsis de adultos escritores.
En conclusión, los niños tienen que ver en los libros una manera de divertimento, además de que puedan aprender algo de ellos, que siempre es interesante. Para finalizar, me hago con las palabras que afirma J.C. Merlo, diciendo que la literatura infantil debe tener como fin el goce exclusivo de los niños lectores, pero sin dejar de lado el fin didáctico.
Espero que no haya sido muy pesado pero el texto lo merecía.
saludos a tod@s

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Francis,creo que te has equivocado, esta práctica era la única que había que dejar en comentarios en la entrada correspondiente.
Un beso

francis dijo...

Gracias Eva por tu información. Te lo agradezco. Es que la informática no es lo mio. Poco a poco iré mejorando. Saludos.