martes, 21 de octubre de 2008

Las aventuras de Fígaro

Fígaro no recordaba muy bien qué había hecho su amiga Luna para que ambos pudieran salir del jarrón. Entonces fue rápidamente a pedirle ayuda y a contarle los últimos acontecimientos.
Cuando Fígaro estaba próximo a Luna, ésta al verlo agotado le preguntó:
-¿Por qué vas con tanta prisa? ¿Ha sucedido algo?
Seguidamente el gato se lo contó todo. Luna al enterarse, se quedó sin palabras. Fígaro, al ver su cara le preguntó qué ocurría. Ella le respondió que, aunque habían más soluciones, ella sólo recordaba, la cual había visto escrita en la piedra del parque de aquel fantástico mundo que los dos habían tenido oportunidad de conocer. Esta solución era que si por algún motivo se quería salir del jarrón mágico se podía hacer siempre y cuando, tras un periodo no muy largo de tiempo, se introdujera otra cosa dentro de él, bien fuera un objeto o un ser vivo. Si no se hacía eso, mientras que el jarrón esperaba que se introdujera algo que permaneciera para siempre en él, absorbía a lo que tuviera vida que estuviese a su alrededor. Por esta razón, parte de la familia de Fígaro esta ahora en aquel jarrón mágico.
Pasadas unas horas, a Fígaro ya no se le ocurrían más cosas por las que pudiera recuperar a su familia. Por mucho que pensaba no se le ocurría nada. Su amiga Luna no sabía como ayudarle, pero de repente se le ocurrió que podían pedirle ayuda a la abuelita….

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